martes, 27 de julio de 2010

el pasado es un ancla que me hunde en melancolía...

miércoles, 14 de julio de 2010

Leer...¿Qué clase de arte siente el que lee?.
¿Qué abismo?¿Qué locura?.
De leer sus palabras en boca de otro corazón.
¿Qué abismo?¿qué locura?.
No recordar el día que compartió con el mundo el trozo más íntimo de su alma.
¿Qué clase de milagro te da el leer?.
No se escucha pero sabes que ÉL te habla.. el camino más ràpido entre la verdad y tu entendimiento, tu alma y religión, los recuerdos el dolor y la alegría...
A solas hablas con todas las miradas que algún día como tú se subyugaron por el milagro escrito en cualquier lengua en ése renglón.

Es increible la mágia, la gente anda buscándola por cualquier lado, dicen incluso que no existe, pequeños ilusos, está ahí, tras esas tapas duras rojas o verdes o no tan duras, en el periódico quizás...

¿Qué clase de vestia habita acá en mi cerebro? que busca y busca y aprende y aprende, y siempre, siempre quiere más para olvidar lo obvio y poder recomenzar cada día un mundo nuevo, cada día puedes crear una filosofía nueva, da igual cuál sea tan sólo basta que en el instante en que la lees la creas, y cuando creas que es totalmente cierto podrás desdecirte podrás desmentir la que ayer era tu verdad universal.

CUANDO REZAMOS HABLAMOS CON DIOS.
PERO CUANDO LEEMOS ES DIOS QUIEN HABLA CON NOSOTROS (SAN AGUSTÍN).

domingo, 4 de julio de 2010

de las diferentes visiones del infierno...

Puesto que el demonio no habla mucho sobre sí mismo, el hombre se puso a buscar cualquier referencia posible sobre el infierno.
Jorge Luis Borges en un poema hace una interesntantísima descripcioón de lo que nos espera en el más allá de la vida: La eterna contemplación de un rostro.
Para ciertas personas, eso será el paraíso, pues este rostro será de alguien a quien se ama, mientras que para otras será el infierno, pues tendrán que ver eternamente la cara de alguien a quien hirieron sin motivo.
Existe una interesante descripción en un libro árabe:Allí se dice que, una vez fuera del cuerpo, el alma debe caminar por un puente tan fino como el filo de una navaja, teniendo al lado derecho el paraíso y al izquierdo una serie de aberturas circulares que conducen a la oscuridad del interior de la Tierra.
Antes de cruzar el puente (el libro no aclara donde conduce), cada uno carga con sus virtudes en la mano derecha y sus pecados en la izquierda. De esta manera, el desequilibrio lo hará caer del lado que determinan sus actos en este mundo.
En un libro que yo leí recuerdo que explicaban que en el purgatorio uno sentía en su propia piel el dolor o felicidad que había provocado con sus acciones en los seres que le acompañaron en su vida.
En general este post está sacado de un artículo publicado por Paulo Coelho.